Deseaba ir, después de mil años, a una iglesia en particular en la ciudad donde me crié, por pura nostalgia y para ver con ojos de adulta "si era tan recargada de adornos o no" como yo la recordaba, y sí, era, pero por ser de estilo gótico en una expresión del nuevo mundo, con mucha imitación barata de detalles estilísticos hechos , según me enteré, por artistas y obreros llegados de Italia para establecerse y formar sus familias, como muchos que vienen a nuestros países por necesidad, curiosidad o guerras y terminan quedándose, y nosotros tan felices de que pasen a ser unos más de los nuestros, pues además es corriente que se nacionalicen.
Bueno, bueno, me fui por las ramas....yo en realidad quería contarles sobre la prédica de un viejo sacerdote que, ya no recuerdo por qué razón, versó sobre las "debilidades" de las personas al cometer "faltas", pero se cuidaba mucho de usar la palabra técnica para eso que es pecado. Daba la impresión de que temía usarla y, aunque lo describía perfectamente en todos sus componentes, no la mencionó nunca.
Le he dado algo de vueltas al tema como hago con todo, y he llegado a la conclusión de que la diferencia entre "debilidades" y PECADO, _pongámoslo grande y claro_ estriba en la facultad del espíritu que es la voluntad.
Una debilidad es eso, una falta de fuerzas sin mayor consentimiento, por fragilidad, por humana flaqueza.
¡Otra cosa es el pecado! en que hay conocimiento, consentimiento y materia de la falta, que puede ser grave o no; admitir parvedad de materia o no; tener atenuantes o agravantes dependiendo de las circunstancias personales, etc. pero ¡por favor! no llamen "debilidad" a un pecado venial deliberado por pequeño que pueda parecer ante otros horrores.
Es eso, así se llama: pecado venial deliberado o mortal si es más grave, pero igulamente ofensa al amor de Dios por tener las clásicas tres condiciones que lo requieren, y no olvidar que jamás seremos tentados mas allá de nuestras fuerzas: "Te basta con mi gracia" dice el Señor.
Bueno, bueno, me fui por las ramas....yo en realidad quería contarles sobre la prédica de un viejo sacerdote que, ya no recuerdo por qué razón, versó sobre las "debilidades" de las personas al cometer "faltas", pero se cuidaba mucho de usar la palabra técnica para eso que es pecado. Daba la impresión de que temía usarla y, aunque lo describía perfectamente en todos sus componentes, no la mencionó nunca.
Le he dado algo de vueltas al tema como hago con todo, y he llegado a la conclusión de que la diferencia entre "debilidades" y PECADO, _pongámoslo grande y claro_ estriba en la facultad del espíritu que es la voluntad.
Una debilidad es eso, una falta de fuerzas sin mayor consentimiento, por fragilidad, por humana flaqueza.
¡Otra cosa es el pecado! en que hay conocimiento, consentimiento y materia de la falta, que puede ser grave o no; admitir parvedad de materia o no; tener atenuantes o agravantes dependiendo de las circunstancias personales, etc. pero ¡por favor! no llamen "debilidad" a un pecado venial deliberado por pequeño que pueda parecer ante otros horrores.
Es eso, así se llama: pecado venial deliberado o mortal si es más grave, pero igulamente ofensa al amor de Dios por tener las clásicas tres condiciones que lo requieren, y no olvidar que jamás seremos tentados mas allá de nuestras fuerzas: "Te basta con mi gracia" dice el Señor.