15 agosto, 2009

¿Quién responde a los obispos?

Enrique Monasterio del excelente blog "Pensar por libre" ha subido hace un tiempo este post. Me ha hecho gracia por el modo humorístico con que denuncia que a las propuestas, declaraciones y objeciones de los obispos de su país (España) sobre los temas provida nadie les contesta con argumentos inteligentes, sino con cosas como las que pone acá. ¿Les suena conocido?
Que pasen un buen rato y no piensen por 5 minutos que mientras leemos sigue funcionando la industria de la muerte.

Bibiana Aído, ministra de Igualdad

1. La mera voluntad de la madre no debería anular el derecho a la vida del niño ya concebido.

(Respuesta: no se metan en política y vuelvan a la sacristía, que ya están ustedes muy vistos. Y además la guerra de Irak estuvo muy mal)

2. El aborto no cura, mata.

(Respuesta: la Iglesia, como siempre, aún no sabe cuál es su papel. A ver si nos vamos enterando de que los pecados y los delitos son cosas diferentes. Queremos ser como "los países de nuestro entorno")

3. No existe un “derecho” al aborto. Matar a un inocente siempre será una atrocidad.

(Respuesta: la única Moral Pública la dictan las leyes. Las “morales privadas” se viven en privado. O sea, que a estudiar la educación para la ciudadanía. Y la guerra de Irak, horrible)

4. La nueva ley no apoya a la mujer para ahorrarle el terrible drama del aborto.

(Respuesta: para feministas, nosotros y nosotras. Además la guerra de Irak fue un desastre)

5. Se niega o se devalúa al ser humano para justificar su eliminación.
(Respuesta: ustedes son gordos y feos. Ah, además está lo de Galileo, los crímenes del franquismo y la guerra de Irak, por supuesto.)

Sólo Bibiana, nuestra querida Bibiana, cometió la grave imprudencia de agarrar el toro por los cuernos. Nunca le agradeceremos bastante que respondiera, sin salirse por la tangente, a aquella terrible pregunta:

— “¿Cree usted que un feto de trece semanas es un ser vivo?”

¡Pobre Bibiana! Era demasiado joven y le faltaba experiencia. Aún no había aprendido que este tipo de cuestiones deben contestarse con una disertación bien preparada sobre las señoras de derechas que abortan en clínicas de lujo y la expulsión de los judíos y judías durante el reinado de Fernando e Isabel. Pero la pobre ministra se metió en un lío, dijo aquello de que ser vivo sí, pero humano no y temblaron las Facultades de Biología.

No hubo más remedio que amordazarla y darle unas clases de retórica política para que vaya aprendiendo.

No sé, querida ministra, cómo se puede ser tan bruta y tan cándida al mismo tiempo.

1 comentario:

Ululatus sapiens dijo...

Sí, eso no habla bien del nivel de 'diálogo'. Ya había leído yo un artículo en la revista Sal Terrae sobre el estado de la Iglesia española y el autor se quejaba del pésimo nivel de discusión (por ambas partes), comparándola con el que existe en Italia; y citaba como ejemplo el libro ¿En qué creen los que no creen?, producto de la correspondencia entre Umberto Eco y el cardenal Martini (yo añadiría muchos otros encuentros con filósofos seculares y ateos, como el titán Habermas, que tuvo el cardenal Ratzinger o los de los cardenales Ruini y Scola). Y concluía, desilusionado: 'Desgracidamente, España no es Italia. Savater y Goystisolo no son Eco y, por supuesto, Ruoco no es Martini'.

Un saludo.