05 mayo, 2009

Viatores, huéspedes, flores de un día

Esta foto me pertenece....he visto cosas como estas estos días....hay que ser muy ciego de muchas maneras para no caer de rodillas; los tulipanesno se han hecho solos....

He tenido un reiterado darle vueltas a una de esas ideas que tenemos de repente en un chispazo de gracia (?) y no se trata de otra cosa que de algo OBVIO, pero por eso mismo menos internalizado pues creemos que lo sabemos todo sin más análisis.

He comprendido de un modo íntimo, casi intransferible, creo, que estamos de paso en la tierra, que la poseemos con todo derecho sólo mientras vivimos --o sea unas 100 veces 360 días si tenemos suerte y no nos encontramos contagiados con fiebre porcina o hechos paté en un accidente de tránsito ( y cada día hay más autos, amigos)-- y luego "para la Casa" que para algunos no es más que el hoyo, como se decía antes de que las cremaciones fueran algo corriente, o bien la oportunidad de llegar a gozar algún día de la morada que se nos ha prometido que tenemos preparada por el propio Jesús en el Cielo.

Oportunidad, pues no se nos dará en forma automática como algunos/as frescos pretenden. "Las bases" del asunto las tenemos re-claras en la Ley Natural para todo el género humano de cualquier época, cultura, circunstancias, etc, y además los creyentes las tenemos impresas en papel ( o en internet si buscamos con Google).En la Biblia los cristianos; en el Corán los islamistas; en sus libros sagrados los que los tengan de otras creencias, pero no en lo que a mi se me ocurra, como no puedo hacer mi propia ley del tránsito o suprimir la gravedad.

Me he solazado mirando con ojos del porte de un plato la tierra, nuestro planeta, con más asombro del que suelo tener en estos temas, y si así es de bueno, bello y generoso nuestro mundo maltratado y degradado, puedo tratar de imaginar lo maravilloso que será vivir en el Amor, con el Amor y para el Amor sin que nos falte un pelo, unidos, pero no confundidos con Dios, sin hartarnos nunca de contemplar su rostro --como dicen los salmistas-- pero es más que eso, y nadie lo ha podido decir de un modo definitivo, pues:"ni el ojo vió, ni el oído oyó, ni vino a mente del hombre lo que Dios tiene preparado para el que lo ama" (San Pablo, 1 Corintios 2,9)

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