
Todo era adecuado: el templo, la música, los invitados respetuosos, y yo pensaba en el por qué me sentía tan tocada, que me hizo estar la hora y media entre esperas y ceremonia con misa, recogida en oración por ellos y por los míos, y he llegado a la conclusión de que la belleza de lo que presencié me elevaba, pues es un reflejo del Creador, que sigue actuando a través de sus hijos en cada generación, pues ahí estábamos los que llevamos años casados y los que comienzan recién, viviendo esa experiencia inédita en las vidas particulares, pues el río de la VIDA no se detiene.
Que el Señor bendiga a los nuevos y viejos esposos y a la institución matrimonial, que es una, digan lo que digan los que quieren el prestigio del matrimonio --pero no sus reglas-- para adornar cualquier tipo de unión, que pueden ser muchas, pero el matrimonio es uno y está diseñado por Dios para dar vida si Él lo permite, y no sólo compañía de un ser especial.
2 comentarios:
¡Así sea!
Gracias josefina, es tan "normal" una boda que no ha merecido más comentarios que el tuyo, pero sé que los amigos piensan como nosotras.
Es lindo asistir a un matrimonio cristiano, cuidadoso, con unos novios sanitos, limpios, etc. con el marco apropiado. Realmente eleva el espíritu la belleza de la liturgia respetuosa.
Un beso
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