10 diciembre, 2010

¿Existe el demonio? Catequesis urgente


Venía de misa un día de semana, y al pasar, una niña de unos 14 años que he visto en la iglesia, comentaba a otros 3 adolescentes: "yo creo que el diablo no existe, son cosas de la Iglesia....".  

Alcancé a dar dos pasos y casi sin proponérmelo, me di media vuelta diciendo: "el demonio sí existe", y comencé en alta voz a darles razones para que comprendan que el mayor éxito del "coludo" es hacer que no se crea en su existencia. Intenté que pensaran en el mal que comprobamos en el mundo y dentro de nosotros,  también de ellos, citando a san Pablo cuando dice que hacemos el mal que no queremos y omitimos el bien que quisiéramos. No sé que más les dije en el minuto de esa catequesis improvisada que partió, supongo, de la inspiración del Espíritu Santo, pues casi no me reconozco así, predicando en una plaza a unos desconocidos.

Lo curioso es que yo, que soy terriblemente mala fisonomista, reconocí perfectamente a la chica del comentario, porque es bastante gorda, con un peinado muy característico, por lo que le dije que la conocía en misa, y que ella recitaba el credo, y entre las verdades que debemos creer está la existencia del demonio, aunque no se dijera ahí.. 

En fin, amigos, creo que urge una catequesis que reafirme este desagradable pero verdadero tema. Predicarlo a todo nivel. Se habla poco y demasiado aguado, tanto, que parece que el infierno estuviera vacío con tantas excepciones, rebajas de penas y justificaciones para la perversión que es el pecado, cualquier pecado, pues con frecuencia oigo hablar de "pecadillos" o peccata minuta. 

No nos iremos al infierno por un pecado venial, lo sabemos, pero es el modo de ir cayendo cada vez más bajo con la posibilidad cierta de caer ahí y no salir jamás. ¿Qué esperamos?

5 comentarios:

Ululatus sapiens dijo...

El problema con esto, para variar, es que, mientras a la teología liberal se le olvidó el misterio, la teología conservadora sigue anquilosada en los mismos viejos estereotipos.

Creo que una buena fuente para retomar la reflexión en torno al misterio de Satanás, del pecado original y del infierno, hay que buscarla en la filosofía posmoderna, que, curiosamente, ha llegado a conclusiones mucho muy interesantes: Michel Foucault y sus seguidores cuando hablan del 'biopoder', Jacques Lacan al advertirnos sobre 'Lo Real', el católico René Girard con su teoría del 'chivo expiatorio' y del 'deseo mimético', Iván Illich y sus deconstrucciones o unas cuantas teologías que hablan de 'pecado estructural'. Toerías complejas, ciertamente, pero más cerca, en mi opinión, de replantear el misterio de forma más profunda, constructiva y, especialmente, sólida (y, por tanto, creíble a los oídos contemporáneos).

Espero tratar este tema en mi investigación sobre el pecado original en San Agustín y subir algo al blog.

Un saludo.

Aeronauta dijo...

Querido y paciente Ululatus, no soy tan docta como tú en temas espinosos como la existencia del el Enemigo por antonomasia del hombre, que "es mentiroso y homicida desde el principio".

Tengo una fe sencilla que cree mucho en la filiación divina y que el señor vino a salvarnos y no a condenarnos, pero mantiene la libertad del hombre que puede decir que no hasta el final y condenarse en la "Gehenna donde el fuego no se extingue y el gusano no muere".

Los teólogos pueden estudiar el dogma para comprenderlo más, y luego explicárnoslo mejor, pero mientras, urge lo que digo, una catequesis sin azufre, colas ni cuernos, que incitan a la risa y la incredulidad, obvio, pero el demonio es real, ángel perverso y poderoso y es de prudencia elemental que las nuevas generaciones no lo olviden, porque anda muy activo.

Saludos

Angelo dijo...

"Cuando estaba esperando, llegaste Señor. ¡Te necesitaba en mi corazón!"
Feliz y Santa Noche de Navidad. Un abrazo

Roberto Lone dijo...

La humanidad ha tenido miles de años para ir comprendiendo mejor que en esa misma libertad que El Creador nos da hay una consciencia de lo que está bien y lo que no.

Definitivamente hemos evolucionado y comprendido que cada época ha tratado de describir lo que al infierno y pecado conscierne.

En otra dimensione, hoy por hoy el hombre sabe que tiene esa voz interior que le habla, y a la vez recibe información constante que aún no ha llegado a escribirse ni convertirse en un dogma.

La trascendencia de Jesús es y será que vino para nunca irse, y todo aquel que aceptamos su guía y enseñanza sabemos que el mal existe y el bien también, y que no es posible que alguien que haga mucho mal vaya a irse de este mundo así como así.

Bendiciones y Feliz Navidad Aeronauta!

Capuchino de Silos dijo...

El Señor te iluminó para que le abrieses los ojos a esa chica. Es lo que debiéramos hacer todos.

Aunque un poquito tarde Feliz año 2011 y década.

Un abrazo