02 mayo, 2010

Vida y Muerte. Mis meditaciones

Mi meditación de hoy parte porque hace unos días leí una pregunta inquietante: ¿Vale la vida la pena de morir? y lo uní a lo que muchos olvidan en tiempos en que el hombre se siente autónomo de su Creador y es que "Dios da la vida y Dios da la muerte". Entonces, ¿Dios "mata"? (Cfr, 1 Samuel 2:6)


Si Dios da la muerte, ¿no mata más gente que nadie?  
Hablando en términos humanos, si afirmamos que "Dios da la muerte" podríamos decir que sí, pero al hablar de Dios no estamos hablando en términos humanos sino que pasamos a otra esfera, porque Dios nos da la vida, y la da con plazo fijo porque la vida es una oportunidad para ganarnos la vida eterna a su lado, y sólo tendremos la posibilidad los que hemos sido considerados para darnos es ser, por su Providencia, desde antes de los siglos.


¿Es justo que para darnos el premio -si es que lo ganamos- debamos morir? 
Es el justo castigo  por el pecado de nuestros primeros padres. Dios los creó inmortales, impasibles, con dones preternaturales maravillosos que trasmitirían a su descendencia junto con la generación de ella siempre que cumplieran una prueba, y ya sabemos que fallaron. La muerte es un castigo.


¿No sería mejor no haber nacido entonces? 
Bueno, Jesús se lo dice así a algunos pecadores en temas particularmente graves (cfr Mt, 26, 24), por lo tanto, para los que no quieran darle la gloria que espera de cada uno de nosotros y se condena, efectivamente, sería preferible no haber nacido, pero el caso es que el que me pueda leer ya está acá y hay que llegar al final de la vida en la forma natural que está prevista por nuestro Padre Dios para cada uno. 


Si morirse es un castigo y le tememos tanto, ¿porqué hablamos que Dios, como  PADRE nos la dará?
Porque todo lo hace por nuestro bien. La muerte en lo "macro" es dura, desagradable, dolorosa e incierta: TEMIBLE, pero como es Bueno, Justo y Misericordioso, es el precio del pecado para pisar el dintel de la vida perdurable que no podemos ni imaginar en su hermosura y felicidad.(cfr 1Cor2, 9)

Es seguro que nos moriremos a su debido tiempo. ¿Porqué no aprovecharla desde ya viviendo preparados y ofreciéndola? Hay oraciones con indulgencia plenaria para que se haga efectiva en ese momento supremo.
Dios no sería Dios si en su omnipotencia no pudiera sacar bien del mismo mal. La muerte es un ejemplo.


3 comentarios:

Dimas dijo...

Vale la pena vivir.Vale la pena haber nacido. Vale la pena morir para estar con aquel que nos pensó y nos sostuvo.

No merece la pena vivir , aquel que prefiere la propia supervivencia al honor y, es capaz de por la vida, perder la razon de vivir.

Decimo Juno "Juvenal"

Diosenmicalle dijo...

El tema de la muerte deberíamos plantearnoslo con mayor frecuencia y sin temor. Ciertamente nos da miedo morir, porque además, nos da miedo lo desconocido y tenemos miedo al cómo moriremos, pero la muerte-alguien la llama una buena amiga-es el paso necesario a una vida futura y eterna, por lo tanto, todos aquellos que amen profundamente, pueden verlo como algo esperanzador.
Morir es una consecuencia del pecado original, y dice la fe católica que Dios nos llama cuando estamos mejor preparados. Así que, quizás depende mucho de nosotros¿no?

Un cordial salu2. Por cierto, no sé ni cómo he llegado hasta aquí.

Tinta

Roberto Lone dijo...

La muerte es parte vital de la misma vida. Si no murieramos no tendría sentido el espíritu y la vida eterna.

Físicamente podemos durar poco o mucho, pero, lo más importante es que sepamos como poder vivir sin ese temor a la muerte.

Lamentablemente cuando se muere violentamente o por causas de la naturaleza es inexplicable para la mayoría de seres humanos aceptarla tal por cuál.

Hay grandes seres humanos que incluso han exclamado antes de morir palabras santas y espirituales, y han recibido a la muerte con una serenidad y seguridad que después de ella se encotraron con Dios.

Bendiciones!