La Santa Misa: una meditación personal

Esta ilustración está tomada de un viejo libro de las misas dominicales de antes del Concilio Vaticano II pero tan inspirador llamado "Ofrezco la Misa" del Padre Hoever, editado 1943.

Por supuesto que el año litúrgico está dividido en cosas como "septuagésima", "después de Pentecostés", y divisiones así, que en mi concepto confunden menos que esa interrupción del Tiempo Ordinario, que deja trunco el desarrollo de ese tiempo al interrumpir con la Cuaresma y Pascua y luego hacer el pegado de las semanas ordinarias. El que tenga oídos, que entienda este "guirigai" (¿se escribirá así?)

Pero no era eso lo que quería destacar ahora, sino esta ilustración que me ha dado tema para laaarrrrrrgggaassssss meditaciones y oración sobre la Misa. Creo que está todo, si el Santo Espíritu ayuda con su inspiración.

Para empezar el título de arriba dice: "A TÍ, ALABANZA, HONOR Y GLORIA", o sea está muy claro el fin principal de la Misa.
¡Están presentes las tres divinas personas representadas por el Padre, presidiendo y coronando el cuadro con el Espíritu Santo que desciende sobre el altar y el Cordero triunfante y glorioso, la víctima pascual, Cristo, nuestra pascua que ha sido inmolado, y que hemos ofrecido al Padre como NUESTRO sacrificio.

¡El Cordero derrama su sangre hacia abajo, hacia la asamblea, y nos recuerda que es el alfa y el omega, y nosotros lo alabamos cuando las palabras se quedan cortas y repetimos lo escercial: "SANTO, SANTO, SANTO, ES EL SEÑOR DEL UNIVERSO, LLENOS ESTÁN EL CIELO Y LA TIERRA DE SU GLORIA, HOSANNA EN EL CIELO, BENDITO EL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR" y ahí está escrito también, para no olvidar.¡

¡Por los lados hay unos incensarios que hacen ascender el sacrificio de Cristo hasta las alturas y es nuestro sacrificio pues Cristo nos lo dejó para ofrecerlo "por Cristo, con Él, y en Él (...)" al Padre por todas nuestras necesidades y los cuatro clásicos fines de la oración:¡

* adorar a Dios

* darle gracias

* pedirle perdón por nuestros pecados personales

* pedir por nuestras necesidades de todo tipo: propias y ajenas, por los vivos y muertos, materiales y espirituales, etc, pero eso al final, no es lo principal ni menos lo único. Eso nos lo dan "por añadidura"

Para terminar de desglosar lo que están viendo, dice ahí que "ascienda a tí nuestro sacrificio y descienda a nosotros tu misericordia", y se se hará en la medida de nuestras disposiciones personales. A un alma grande, muchos frutos, a menor disposición, menor provecho, pero jamás quedaremos con las manos vacías.

Todo esto me ha recordado vivamente las revelaciones a Catalina Rivas sobre la Santa Misa que le han hecho el Señor y su Madre y que recomiendo vivamente la encuentran acá en PDF: La Santa Misa.

En fin la Misa es un mar sin orillas y sin fondo, que equivale a toda la misericordia de Dios que es infinita.