27 noviembre, 2005

Adviento, ¡por fin!

¡Por fin ha llegado el adviento de nuevo! ¡Feliz nuevo año litúrgico a todos!


Se me derrumba el año y con tantas malas noticias, como por ejemplo ésta, en que hay tan poco respeto por lo que debiera ser lo más sagrado para moros, cristianos, judíos, kurdos, indios o lo que se encuentre en el GÉNERO HUMANO, como es la vida de la especie y cada uno de sus individuos, que nos hace falta un soplo nuevo del Espíritu para seguir tirando sin perder la sonrisa ni, por lo tanto, la esperanza teologal, y ya llega el adviento con toda sus carretilladas de alegría, examen profundo de conciencia y penitencia por lo malo o menos bueno que vayamos viendo en nosotros y en los demás.
Si empezamos cada uno por lo feo, odioso o malo que veamos en lo propio: ¿no creen que pondremos belleza, bondad y bien aunque sea en esa modestísima medida de mi ínfimo ser, pero con el valor infinito al estar unido a ese Niño que esperamos ahora inerme en Belén y al final de los tiempos en Gloria y Majestad?

Hoy mismo puse mi corona de adviento en la puerta de mi hogar:
¡No puedo esperar más por su llegada!


¡¡¡VEN, SEÑOR JESÚS!!!

1 comentario:

hna. josefina dijo...

¡Ven Señor Jesús!