Ha llegado el adviento y con él el soplo nuevo de la esperanza y la alegría por el inminente parto de María que nos dará al Salvador esperado por las generaciones en Israel que por revelación lo sabía, y para todo el mundo, para los que lo ignoraban también. Vino para "los que estaban lejos y los que estaban cerca" y más aún, vino cuando éramos sus adversarios a causa del pecado a morir en muerte de cruz.
Ahora que estamos al otro lado del Calvario, ¿qué se nos pide? prepararnos con penitencia pero sobre todo esperanza teologal "y de la otra", que es parte de la GRAN esperanza que nos anima este mes que tenemos por delante antes de la llegada del Mesías.
Junto con los primeros cristianos quiero exclamar, rogando:
¡Ven, Señor Jesús!
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Preparemos todos juntos el camino que nos llevará hacie Él.
Juntamente contigo:¡Ven, Señor Jesús!
Feliz fin de semana en el Adviento.
Un abrazo
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