04 febrero, 2010

Castidad: pudor, modestia, continencia


La castidad es una virtud, por lo tanto debe crecer y vivirse en positivo. Obviamente hay que partir por las bases y comenzar por abstenerse de ejercitar la función sexual fuera del matrimonio. Eso es lo que llamamos "continencia" y está muy bien, nos templa el carácter para usar el sexo como Dios ha previsto en la naturaleza, pero es un mínimo y debemos aspirar a lo máximo, es decir la santificación por medio del ejercicio o la renuncia casta al uso del sexo.

La castidad varía dependiendo del estado del sujeto que la ejerce. No es la misma para un casado que un soltero o un clérigo célibe, pero siempre va acompañada por otras pequeñas virtudes relacionadas.

Voy a explicar algunas brevemente:

  • PUDOR es el recato, el guardar la intimidad, ya sea en no exhibirse en forma inadecuada con quien no corresponde o donde no se debe. Con mi cónyuge puedo exhibirme todo lo que quiera dentro de nuestro espacio físico privado como sería nuestro dormitorio. Por muy casados que estemos, hacerlo en público sería una falta de pudor. También hay un pudor en  el hablar de las cosas privadas y no sólo en lo concerniente al sexo.
  • MODESTIA es la "virtud que modera, templa y regla las acciones externas, conteniendo al hombre en los límites de su estado, según lo conveniente a él" (RAE, primera acepción). POr ejemplo: vestir de un modo que no incite a los demás a mirarme como un objeto de deseo o de peligro, si con mi actitud o ropas pongo en peligro al cónyuge de otros por ser ocasión de faltar a la castidad, lo que es un pecado de escándalo ("Dicho o hecho reprensible que es ocasión de daño y ruina espiritual del prójimo") y ya sabemos lo que dijo Jesús de los que son responsables de ello.(Cfr. Mateo 18,6)
Son cuidados de sentido común, pero muy incomprendidos en nuestra época, y más en tiempo de verano, en que pareciera que este sentido se evapora bastante con los calores. Muchas veces por no vivir bien estos pequeños guardianes de la castidad es que tenemos que lamentar ataques sexuales, infidelidades matrimoniales, etc Demasiadas veces la culpa de estas cosas tan tristes parten por la propia víctima que no cuidó estas cosas; o las víctimas lo son por el estímulo de algún desaprensivo que no cuidó su intimidad, ni su dignidad como persona y "paga el pato" un tercero inocente.

7 comentarios:

José Luis Carvajal dijo...

¡Excelente, ojalá no reduzcamos el amor a sólo lo genital! Unidos en la oración.

Pablo dijo...

¿Por qué una persona casada debería ser célibe?

Aeronauta dijo...

Pablo, ¿Me repites la pregunta, por favor?
¿En qué lugar he dicho eso? son conceptos contradictorios. Una persona casada no es célibe. La Academia dice: "1. adj. Dicho de una persona: Que no ha tomado estado de matrimonio." y en ese sentido lo he escrito, pero AMBOS -casados y célibes- deben ser castos, cada uno de acuerdo a su estado de vida.

Aeronauta dijo...

Gracias, José Luis, por hacerte amigo de este blog y dejar huella de tu paso.

Pablo dijo...

Es que en la frase "la renuncia casta al uso del sexo." no me quedó bien claro a que te refieres con "uso".

Saludos.

Aeronauta dijo...

Pablo, sí, está correcto y espero que ahora se entienda bien: se debe renunciar al ejercicio de la sexualidad (genital, se entiende pues somos seres sexuados en cada célula) dependiendo del estado de vida.
Saludos y gracias por venir.

Edit dijo...

Impecable tu blog. El tema muy actual, porque es muy necesario trttarlo con nuestros hijos.
Bracias por tratar el tema tan objetivamente.
Bendiciones