18 junio, 2008

Misas de difuntos y ansias apostólicas


Creo que pocas veces tenemos mejor oportunidad de acicatear nuestros deseos apostólicos que cuando vamos a alguna misa de difuntos. Es que ahí siento un poco con los sentimientos de Jesús cuando veía a las multitudes como ovejas sin pastor. Sí, son nuestros hermanos en la fe, casi todos, pero se palpa que no practican y que poco se dan cuenta de la presencia real de Jesús sacramentado, de la dignidad del templo que pisan y de muchas cosas, y por otro lado pienso que se desaprovechan estas oportunidades únicas para hablar en las prédicas y/u oración universal, de lo importante, de la trascendencia, de la otra vida, de nuestra muerte, para rectificar y buscar el rostro del Señor a través de estos velos.

Se nota que muchos de los presentes no conocen las respuestas ni actitudes de la liturgia, en este caso una misa y un reponso. Sonaban los celulares (cuando no), algunos conversaron audiblemente durante toda la comunión, se daban vueltas en 180 grados para mirar al coro atrás, arriba...... ¡y mucho más! Como todo acto que incluya una misa, da la impresión de que la parte más importante es el saludo de la paz, en que se arma una "tole-tole", dijo mi abuela, en que todos corren, se abrazan, cruzan, se hacen gestos y el clásico símbolo hippie de la paz con los dedos índice y anular levantados haciendo una V si ya no alcanzan a salir a la disparada para dársela personalmente.

Pensaba hoy en un momento tan solemne, en que despedíamos a una amiga querida y acompañábamos a su viudo e hijos, en que todas esas personas eran muy buenas, que nos unía tanto, que compartíamos un cariño por una familia, y sin embargo no tienen la formación, el sentimiento, la doctrina en definitiva, para adentrarse en los sagrados misterios. Saber que estábamos ahí tal como santa María al pie de la cruz de su hijo, actualizando el sacrificio redentor, acompañando al Maestro que murió por cada uno de nosotros, ¡y ellos sin saberlo! y si lo sabían, peor, por no aprovechar íntegramente los tesoros de gracias derramados ahí sobreabundantemente entre nosotros.

Estas cosas son las que me parten el alma y me urgen a que trate de hacer un apostolado más incisivo, más constante, más mortificado por esas personas que me topo o que me rodean en mi vida. Quizás ellas no tendrán otro hermano más que yo para abrirle los ojos a lo eterno y santo, para mostrarles la belleza y la bondad de Dios.

Todavía es tiempo y todavía ellos y nosotros tenemos la oportunidad de dejar que el Señor actúe en el mundo por nuestro quehacer.

9 comentarios:

Ricardo dijo...

Hola... con todo respeto: ¿No estaría Dios (de existir) más contento con aquellos que se comportan de manera natural y espontánea? (al mismo tiempo que lo hacen con buenas intenciones)...

O acaso te imaginas a Dios como una especie de profesor estricto de los años 50 que esta mas preocupado por la disciplina que por cualquier otra cosa?...

¿No sería mejor dedicar esa energía (que tienes mucha, se nota) a hacer algo verdaderamente útil por el mundo?. Porque en verdad gastarse enseñando a la gente a como "comportarse" en la iglesia es un desperdicio (aparte que me consta que hay otras corrientes, curas incluidos, que piensan distinto a ti y les parece buena la espontaneidad)

saludos

Aeronauta dijo...

Hola, Ricardo, tanto tiempo, ya creí que no volverías por acá.

Respondiéndote: partamos de la base que tu no crees que Dios existe, por lo tanto todo lo que he dicho sólo puede tener sentido para ti si lo ponemos en clave absolutamente humana. Allá vamos entonces.

Si una alta autoridad mundial te invitara a una fiesta solemne en que va a darnos lo mejor que tiene, ¿tu irías mal vestido? ¿conversarías con los demás a toda boca mientras el anfitrión explica sus buenas intenciones, deseos y dice su testamento? ¿apagarías tu celular? ¿saldrías del salón para contestarlo pidiendo permiso a los que te cierran el paso? yo creo que no, y en el caso que motivó este post, los que fuimos ahí íbamos a algo similar, sólo que mucho mayor por nuestras creencias. Dirás: algunos fueron por urbanidad, por amistad con la familia, etc. Sí, pero aunque a uno lo invite el Dalai Lama, que no tiene mucho que ver con lo que creo, si acepto asistir a sus ceremonias debo tener la delicadeza de estar a la altura de las circunstancias.

En ese sentido estarás de acuerdo conmigo de que exigir respeto y atención no es cosa de profes de los años 50.

Creo que empleo bien mi energía en tratar de trasmitir lo que para mi es valioso en grado sumo. Los que me oigan verán si lo toman o lo dejan, es su responsabilidad y decisión libérrima, como haces tú, por lo demás.

En cuanto a las ceremonias eclesiales, caro amigo, no son los curas los que hacen y deshacen o destrozan los ritos litúrgicos; hay reglas muy claras, directrices, mandatos y de un cuantuhay para hacer estas cosas lo más dignas posible, dejando un amplio margen para la espontaneidad que ejercemos hasta el límite en el trato cara a cara y de tú a tú en la oración personal y confiada con nuestro Padre Dios, pero en una asamblea de todos los fieles hay que mantener un orden que es necesario respetar. Ni en las casas reales reinantes se puede tratar de cualquier modo al rey en una ceremonia pública por parte sus hijos, cosa que sí hacen en su casa, palacio, o lo que sea el hogar íntimo. El templo durante una misa no es la sala de estar ni la terraza durante un asado.

El que tenga oídos, que oiga.

Juan Ignacio dijo...

Acá esto pasa mucho en las misas de gente que se casa por Iglesia pero no es muy practicante religioso.

¿Es una tole-tole o un tole-tole?

JORGE dijo...

Apreciado en Cristo Aeronauta,

Lo que comentas es muy común, y eso me hace recordar al etiope con quien se topa Felipe. Pienso que a nosotros nos toca evangelizar.

En alguna oportunidad que fuimos a unmatrimonio, un familiar me comentó después de la ceremonia, que le pareció inadecuado que el celebrante solicite que apaguen o pongan en modo silencioso sus celulares. Yo le recordé que él también hacía lo mismo cuando hacía alguna exposición, y comprendió.

Gracias y bendiciones

Aeronauta dijo...

Bienvenido, Jorge.

Sí, en todas las manifestaciones litúrgicas de la Iglesia se hace patente la falta de formación o el desintrés de muchos. Quizás no sean la mayoría, pero son muy vistosos por despiste o mala educación y hasta grosería.

Lo que te pasó con tu pariente es notable. No sé por qué en relación a la Iglesia hay doble estándar en eso y en muchas otras cosas como lo de vender los tesoros del Vaticano -que posteaba en mi entrada anterior- para los pobres, pero a nadie se le ocurre pedir lo mismo al Louvre para la misma noble causa.

Saludos. Más que desesperarnos debemos ser más apostólicos. No es por mala voluntad muchas veces, sino por pura y sencilla ignorancia.

Ricardo dijo...

Disculpa la demora en contestar.

Estoy más o menos de acuerdo contigo, por lo menos los ejemplos que pones son bastante buenos. Sin embargo la diferencia es que en tus ejemplos hay una persona de otro "grupo" que te invita a participar de su ceremonia y en tu post hablas de personas de tu mismo "grupo" que tienen una actitud distinta a la tuya, la que te molesta y te parece reprobable. Me consta que para mucha gente (tan creyente como tu) la visión mas bien rígida y "ceremoniosa" de la misa es algo obsoleto y consideran que las reglas (supuestamente tan claras) que tu mencionan no son tales y que es mucho más importante el sentimiento que la forma... Me parece que su posición es tan respetable como la de los que creen que el cura debería hablar en latín y dar la espalda a los feligreses (de hecho me parece que los más "hippies" tienen mayor probabilidad de no ser unos amargados y por lo tanto me tienden a caer mejor)

No es en verdad un tema que me importe... pero me parece que si dentro de una organización como la iglesia (que se llena la boca con la caridad y el respeto) son incapaces de ser democráticos y soportarse mutuamente en algo tan sencillo como esto, menos capaces serán de respetar a los demás.... y eso es preocupante... o no?

He descrito un ejemplo de esto en mi blog, insignificante (e inofensivo) pero clarificador...

http://hurtubia.blogspot.com/2008/06/sobre-ruidos-molestos-y-religin.html

saludos.

Aeronauta dijo...

Juan Ignacio:
Siempre he oído de LA tole-tole, pero debe ser a gusto del consumidor. No creo que sea palabra academíca :)

Aeronauta dijo...

Ricardo:
No he entendido a qué te refieres con lo de "otro grupo". No he usado esa expresión y no sé, sinceramente, a qué te refieres.

Trataré de responder a lo que sí creo que te he entendido:

Dices: " Me consta que para mucha gente (tan creyente como tu) la visión mas bien rígida y "ceremoniosa" de la misa es algo obsoleto y consideran que las reglas (supuestamente tan claras) que tu mencionan no son tales y que es mucho más importante el sentimiento que la forma... "

Las ceremonias de cualquier protocolo -gubernamental por ejemplo- están fijadas con reglamentos muy precisos. Permiten que cada actor de ellas sepa a qué atenerse; a darles un marco digno de su importancia; a que se ocupen los lugares y se realicen los símbolos, se digan los discursos en orden, etc, -para qué vamos a seguir- y nadie se extraña. Se acata aunque se puede hacer tabla rasa de estas cosas, obvio.

En la liturgia, tanto en occidente -con sus formas sencillas y muy sobrias- como en oriente con su magnificencia y adornos de los que hacen gala, hay normas de "urbanidad litúrgica", por llamarlo de algún modo comprensible, y están escritas en los misales, por hablar del tema que he propuesto. Se las llama "rúbricas" (Del lat. rubrīca, der. de ruber, rojo; puedes consultar la acepción nº3) y te dicen la postura de las manos, si la oración es en secreto o no, si se agacha, lo que contesta el pueblo, etc.
También deja un amplio campo para elegir, a saber: lecturas diversas; muchas veces puede elegirse la misa por algo especial, un santo preferido, una misa votiva y mucho más. Se puede escoger entre muchos textos de las partes fijas, como los prefacios, oración universal (si es que se elige decirla o no pues se pueden omitir varias cosas) y así. Lo que no debiera hacerse es improvisar a diestra y siniestra, cambiando los símbolos y otras usansas desconcertantes, pues en la misa se actualiza el drama de nuestra redención. Creemos que es estar en el Calvario presenciando el sacrificio de Cristo, y para un cristiano no es cualquier cosa. Es el sacramento más importante y merece la máxima atención, recogimiento y respeto de los presentes aunque sea por buena y simple urbanidad.

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"si dentro de una organización como la iglesia (...) son incapaces de ser democráticos y soportarse mutuamente en algo tan sencillo "
Amigo, la Iglesia NO es democrática. Es jerárquica. Nació así y así terminará, lo que no quiere decir que sea arbitraria: el que no la quiera como es, no está en ella, pero si participas, aunque sea en una ceremonia que no te va ni te viene, debes hacerlo educadamente, y si es lo tuyo, con mayor razón hay que informarse y conocer lo que creemos,que no nos viene mal, y una vez sabido, vivirlo lo mejor posible. Otra cosa sería como ser del Colo y cantar los cantos de la U, ¿o no? "Ubicatex" lo llaman algunos.

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"...(que se llena la boca con la caridad y el respeto)..."
La Iglesia no se llena la boca con las cosas que dices: las practica, a un alto costo. Puede que no sea lo que personas como tu comprendan, pero se viven en la medida de nuestras miserias y debilidades. Hay grados, pero HAY, que es lo que importa.

Para terminar (tengo sueño y hoy ganó España, ¡olé!) tenemos toda la libertad del mundo en todo, pero cada cosa tiene sus modos y momentos hasta en lo más banal, con mayor razón en las cosas que consideramos importantes y de otra índole.

Saludos

Mari Carmen & Julio dijo...

Hola a todos, aunque llego tarde no quiero dejar de decir algo.
Segun entiendo yo, aquí hay dos cuestiones diferenciadas. Por una parte los que no saben seguir el orden del rito (cuando levantarse, sentarse etc.) y es muy comun en este tipo de ceremonias (funerales, bodas, bautizos etc.), se les nota que su asistencia a las ceremonias religiosas se limita a estos actos, y sobre eso nada que comentar, alla cada uno con su vida, aunque por lo menos entran y no se quedan en la puerta.
Por otro lado está los que no desconectan el movil o se pasan la ceremonia hablando como si estuvieran en el café. Esto si es reprensible, pues sobre todo es una "falta de educación" y de respeto a los que si queremos participar. Cuantas veces hemos tenido que estar en sitios donde nos hemos aburrido soberanamente, incluso con la familia, pero eso no nos da pie a comportarnos incorrectamente y de paso ofendiendo a los que si lo sienten.
Repito, yo creo que es una falta de educación muy grande, que por desgracia es bastante comun hoy día, y no solo en las Iglesias.
Solo nos queda rezar para que estas personas de alguna manera puedan ver la Luz de Jesús.
Saludos y adelante.
Julio