13 marzo, 2007

Compartir lo poco con dignidad.


No canonizo, como he visto y oído, a los pobres por sólo serlo, ni estigmatizo a los ricos porque las cartas de la fortuna les fueron favorables en su naipe de la vida, pero es verdad de que cuando una persona pobre es digna, su condición hace apreciar el doble sus gestos.

Quiero referirme a una invitación de un matrimonio amigo, muy pobres en términos humanos, pues son de origen campesino y de la nada han ido surgiendo a punta de trabajo y organización.

Ella es manipuladora de alimentos y trabaja en jardines infantiles "por cuatro chauchas" y con un contrato renovable anualmente, por lo que puntualmente la despedían en diciembre para retomarla en marzo, sin derecho a vacaciones pagadas ni otros beneficios. Él es maestro carpintero de los buenos, de terminaciones finas, pero que la necesidad lo ha llevado a ser "maestro chasquilla" (que arregla de todo) en la playa en que tenemos nuestra casa y ahí lo conocimos.

Por más señas, vive detrás de nosotros los dos meses del verano, en una sola pieza donde tiene su base para atendernos a todos y ahí saca un fondo de ahorros para el resto del año.

Quiero mostrarles una foto de un desayuno al que nos invitaron, que fue muy especial: era a tomar mate con churrascas a la parrilla y queso de cabra asado, cosa que nunca había probado yo.



Nos sentamos a la mesa y la esposa cebaba los mates que corrían por bocas de todos los asistentes, cosa insólita para algunos, no para mí que me crié en el campo.

Para no alargarme, lo pasamos increíble, todo estaba rico y en su pobreza todo impecablemente limpio y ordenado, pese al piso de tierra apisonada y falta de comodidades.

5 comentarios:

Cristian dijo...

No hay mayor regalo que el simplemente compartir. Bendiciones.

Tito... dijo...

la esposa cebaba los mates, que corrían por bocas de todos los asistentes -cosa insólita para algunos...

Lo me extraña es que a alguien le parezca insólito.

Bueno, el comentario era sólo una excusa para saludar. Qué bueno que la pasaron bien!

SALUDOS
Tito

Semilla dijo...

Hola! Me alegra saber que lo has pasado tan bien.
Gracias por tu visita a mi blog... aquí estamos de lo más bien, sin muchas novedades... Mi amorcito está trabajando (gracias a Dios) y de cabeza en sus estudios... Gracias por preocuparte

Pd: ahora yo te entiendo mejor, porque en mi casa tambien hay un adolecente: mi hno ¡uf! ;D
CARIÑOS MILES

Kike dijo...

En el Perú no se matea. Pero sí se hace algo similar con la cerveza: todos tomamos del mismo vaso (en algunas circunstancias, claro).

En el fondo, sin embargo, está el tema de la comunión. Qué importa si es un súper banquete; qué importa si es un pan en la mesa de un hogar pobre. El tipo de mesa y lo que haya en ella son excusas para celebrar que estamos hechos para el encuentro. Y qué lindo cuando nos encontramos.

Linda foto, Aeronauta. Y lindo momento.

Marta Salazar dijo...

te puse un link en Historias, un abrazo!