11 julio, 2006

Completando mi parábola.

Les había puesto una "parábola" muy simple de cosas que se me ocurren en mis cavilaciones sobre cualquier tema. Tal como sospechaba, ha habido sólo uno que recogiera el guante y la completara: fue el ocupado José Menchón el de la respuesta. Gracias.


Bueno yo diré lo que se me ocurre a mí.

El burro está libre y puede hacer lo que desea, pero no aprovecha su independencia por añorar algo que lo llama , que no reconoce pues es un deseo inconsciente: es la felicidad completa del cielo representada en el pasto verde del vecino. Anhelo de infinito.

¿Qué lo detiene? solamente una valla y la vista de una soga que ata al caballo, que por lo demás está feliz y ni la recuerda, pues es larga y es la condición para gozar del verde, tierno y fresco pasto que es su delicia.

Yo lo traigo, como todo, al plano humano y en este blog, obvio, al plano sobrenaural en que me muevo, y veo en el burro a esas personas que nos rodean que desean gustar los frescos prados y las frescas aguas que el Pastor nos tiene reservados, pero el apego a la mediocridad en que se mueven por no soportar la suave soga o el yugo liviano del Señor, hace que desperdicien talentos por darse vueltas en lo baldío sin norte alguno.

El caballo atado, lógico, representa a las personas que se dejan guiar por la ley de Dios y pueden descansar en su reino con la condición de ser obedientes a sus mandatos. Es una soga que no aprieta.

¿Y la valla? Esa es la que los cristianos debemos demoler para que nadie se quede sin probar las delicias del reino de Dios ya en la tierra. Es la valla es la de los prejuicios, la ignorancia, los vicios acariciados y el pecado poco detestado. En una palabra lo que nos separa del Señor y de sus promesas.

Yo no estaría haciendo el loco tan feliz si muchos no hubiesen cogido sus picotas para demoler en mí la valla que me separaba de la abundancia que disfruto; ahora me toca a mí intentar hacer caer los muros grandes o pequeños de los demás para llegar hasta donde no han soñado.


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8 comentarios:

Jose Menchon dijo...

Me gusta mucho tu lectura.

Que curioso en la mia el burro era "bueno" y en la tuya "menos bueno"... sera que me identifico más con los burros!!!

Menos mal que no habia premio ¿o si?

Saludos!!!!

Aeronauta dijo...

José: Es el burro de ESTA parábola. Ya sabemos que los borricos son todo lo bueno que sabemos . En algún otro post lo desarrollamos.

Felicidades en tu matrimonio estoy encomendándolos.

Semilla dijo...

Gracias!: Ojalá que leyendote se derribe mi valla... Me gustó muchisimo esta parabola. Gracias otra vez.

Aeronauta dijo...

Semilla: de verdad, pero de verdad te aseguro que en cuento uno "agacha el moño" dice: ¿cómo pude estar al lado de todo esto y no meterme a concho? En cuanto dices sí, la barrera no es tal.
Un beso

ojo humano dijo...

Quizás todo se reduzca a aceptar que la libertad es un estado, más que una condición física, cosa que los caballos y los burros podrían entender más que nosotros.
Saludos ¿cuándo nos propones otra?

Lilian dijo...

me encantó la meditació que hiciste. Me da un poco de envidia, de la sana, no tengo cabeza para hacer eso que haces...creo :(

Un saludo

Semilla dijo...

G R A C I A S

Lilian dijo...

Grax mil :)