05 agosto, 2010

¿Y si hubieran reglado sus naranjas y sus dátiles?


Estos últimos días hemos meditado sobre la multiplicación de los panes  (San Mateo14,13 ss) en que el Señor mandó a los discípulos a darles de comer a ese montón de gente que lo siguieron fuera de sus ciudades y a pie, teóricamente sin vituallas para pasar el día. No les importó nada más que estar con él y Jesús no sólo les curó los enfermos, también los alimentó muy bien, ¡y le sobraron doce cestas que no se desperdiciaron, por lo visto!

Para hacer el milagro, aparecieron apenas cinco panes y dos peces, y no me vengan con cuentos de que nadie tenía cosas guardadas en el fondo de sus zurrones de pastores, pero no lo dieron..... tamaños ojos habrán abierto cuando vieron el milagro, tan grande que los cuatro evangelistas lo consignaron pues fue muy impresionante. 

Algún avispado -pero rezagado en generosidad- pudo pensar:  ¿Y si hubiese regalado mis naranjas y mis dátiles? ¡Hasta postre hubiera habido! Es que el Señor no se queda corto en generosidad. Todo lo devuelve multiplicado. Para pensarlo muy en serio.




3 comentarios:

hna. josefina dijo...

Muy bueno.
Saludos.

Aeronauta dijo...

Gracias. LO digo un poco en broma, pero lo pienso en serio, ahí, en el lago cuando fue el milagro y ahora, con nosotros tan apegados a lo que sea.
Besos

Aeronauta dijo...

Oye, Josefina....creo que Uds lo ven a cada rato en el comedor de caridad. ¿Me equivoco?