24 abril, 2010

Dos terremotos juntos. ¿No será mucho?


Un buen trozo de Chile está en el suelo. No todo y no se asuste nadie, que éste es un país muy largo y con gente muy experimentada en reconstrucciones. Levantamos; se nos cae, ¡volvemos a levantar una y mil veces! Somos duros, entrenados en el dolor y el esfuerzo. Cómo será que hasta hace poco el Ministerio de Economía y Fomento se llamaba además de "RECONSTRUCCIÓN". Justo cuando se les ocurrió sacarle ese nombrecito, ¡hay que rehacer muchas cosas de nuevo! Debieron dejarlo.

Mi segundo sismo -junto con el otro- tiene que ver con la orquestación de los medios para enlodar a TODA la Iglesia Católica. Hay quienes se lo merecen, claro; se ha pecado, se ha ofendido a Dios, y se ha hecho un daño enorme a personas y a la Iglesia que fundó el Hijo de Dios, pero de ahí a condenar a cuanto clérigo exista, aunque sea honesto o aunque a algunos acusados no se les haya comprobado nada de los cargos que les han caído encima hay un abismo.

En mi país y en mi Iglesia ha habido cataclismos, los daños son enormes y están por doquier, pero yo hago un paralelo lleno de esperanza. Hay que identificar los edificios realmente dañados, con fallas estructurales, pues es fácil demoler y cuando los daños son aparentes o menores es posible reparar, ajustar, mejorar, prevenir.... si te equivocas en el diagnóstico, liquidas el patrimonio histórico, arquitectónico de la Nación. Y ha pasado. Está pasando. No es justo. Es caro y pasarán décadas antes de recuperarlo.

En mis dos temblores de grandes proporciones que sufro hoy, las cosas se levantarán de nuevo, y quedarán más firmes, más bellas, más cuidadas y estudiadas para que no fallen y soporten las ondulaciones destructivas de la tierra o de los hombres. En los edificios físicos habrá normativas más estrictas y dentro de la SANTA Iglesia también. Las puertas del infierno no prevalecerán. Dios vive en su Iglesia y todo lo puede.

No hay que confundir el trigo con la cizaña. 

3 comentarios:

Roberto Lone dijo...

La fe mueve montañas dijo Jesús.

En este caso, la fe reconstruye países y entidades. Eso es lo que hace falta en la gran mayoría de no de católicos, si no, de humanos.

Yo se que esto tenía que pasar, porque es la Iglesia la primera en donde se tienen que dar los cambios para dejar el moralismo hipócrita de muchos en el clero y en la vida laica.

La Iglesia de Jesucristo está basada en amor y tratar de perdonar. Si logramos perdonar entonces estaremos dando la máxima y veremos a Dios.

Veo en tu escrito esa luz de esperanza, y no solo en Chile querida Aeronauta, toda América necesita una reconstrucción de valores y de cambios.

Enj las buenas y en las malas, yo al igual que tu estoy con la Iglesia, pero sobre todas las cosas, estoy con Jesucristo.

Bendiciones!

Aeronauta dijo...

Roberto, los valores del Evangelio son eternos. No hay nada que cambiar ahí. Los que lo hacemos mal cada tanto somos los humanos, los bautizados y muchos otros, parece cosa de la condición humana, pero que pase en la Iglesia es muy doloroso, y que haya quienes orquestan estas cosas para tratar de destruirla es muy malo y desalentador, pero tenemos la virtud infusa de la Esperanza teologal y el Señor no falla. Nosotros sí, está comprobado; Dios no.

También me duelen los abusados por otros personajes que nada tienen que ver con clérigos católicos romanos y están impunes pues la caza de brujas sólo tiene una presa: nosotros.

Saludos

Roberto Lone dijo...

Lamentablemente la Iglesia tiene de frente a un mounstruo gigante que se llama secularismo. Además existen otros tantos que son del Ocultismo, y a veces, me doy cuenta que a la Iglesia de alguna manera se le debe de llevar enseñando y practicando la fe de Jesucristo, con sus firme convicciones pero sin tratar de imponerle a el mundo secular nada. Este mundo debe de perecer en su vacío si así es la voluntad de Dios.

Ya el mensaje ha llegado a todos los rincones casi, y no queda más que dejar que la decisión sea de Dios.

Entiendo tu molestia y es la mía también. Los medios son muy poderosos, pero, el poder de Dios es único y de ciencia exacta.

Aquel que osa tentarle se tiene enfrentar a un desafío: Tentar a su propio creador.

La Iglesia como tal, necesitaba este momento doloroso y es un proceso que va tomar algunos años. Al igual que la reconstrucción de Chile o Haití.

Lo que si no saben los medios que tratan de hacer eso, es que a ellos les viene de regreso sin fallar su accionar. A veces vivimos el infierno aquí mismo.

Saludos!