04 agosto, 2007

Un enorme y personal don

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Anoche me he pasado un rato desvelada. Como cada vez, mis pensamientos volaron a Dios; ¡Es increíble lo que se puede orar entre el dormitorio y el baño! y perdón por lo vulgar que pueda parecer mi acotación, pero es un modo objetivo de medir que es posible orar en todo momento.

En esos momentos vi con la claridad que a veces se tiene en las horas de duermevela el tremendo don que hemos recibido de Dios al tener una pareja señalada por el propio Señor desde toda la eternidad, para que compartiéramos la vida, nos amáramos, confiáramos uno en el otro y formáramos una familia.


Miraba a mi esposo por tantos años, 36 ya, recostado a mi lado y pensaba en la tremenda pérdida que será partir dejando al otro cuando Dios lo disponga. ¿Por qué no podremos irnos juntos, salvo una excepción? Los dos no sabríamos qué elegir, si partir primero dejando al otro sólo o quedarnos para que no pase por ese trance. ¿Por qué será así el fin de un matrimonio? sólo la muerte.


Creo que el Señor debe tener muy buenas razones, pues si se es joven y hay hijos que nos necesiten aún, fue sabio y bueno al hacer que necesitáramos dos padres y no nos reprodujéramos por partenogénesis, por ejemplo, y si partimos mayores dejando en una etapa de debilidad y soledad a nuestro cónyuge, debe ser para que lo amemos verdaderamente por sobre todas las cosas, confiando en que estará de un modo especialísimo asistiéndonos en ese tiempo de espera para unirnos a Él y ver a los que amamos que hayan llegado al cielo, pues ya no será posible sufrir por los que no llegarán jamás, pues en el cielo todo será felicidad y hasta la justicia de Dios con ellos será motivo de alabanzas. ¿Suena duro? sí, pero así es; sabemos que nuestro Padre Dios nos habrá amado más que todos los padres del mundo juntos y ¡cuántas oportunidades habremos tenido todos para salvarnos! Si no quisimos, ya es cosa de nuestra libertad que ni Dios toca.

7 comentarios:

Aeronauta dijo...

Hoy cumple años mi retoño menor. En el día del santo cura de Ars.
Toda una bendición como todo hijo
Es fruto de este amor dado por Dios que he comentado :)

Pedro Barahona dijo...

Aprovecho para decirte que me he pasado a blogger.
http.//blocdenotas2.blogspot.com/

Luis Fuertes dijo...

No tengo palabras para comentar este artículo. Ojalá algún día pueda copiarte la idea y cuando de mayor me desvele una noche, poder escribírselo a mi mujer.

Felicidades para tu retoño menor y felicidades para tí y para tu marido.

Aeronauta dijo...

Pedro: He pasado a ver tus acuarelas por el momento. ¡Preciosas! Creo que Blogger es una mejor vitrina para las entradas y m´s aún si son obras de arte. ¡Buena navegación!
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Luis, mi amigo querido: Sí, llegan los momentos de una lucidez especial en que uno se ve tocado en los ojos del alma para ver con una claridad prestada una parte ínfima de los dones que recibimos de Él. Todo es don, todo se lo debemos, y especialmente eso que "ha estado ahí" por décadas, como los padres o la pareja. (Me carga usar esa palabra que han vaciado de su esencia a fuerza de manosearla. Tiene una connotación vulgar inclusive, ¡qué rabia! y no sé otra.)

loreto dijo...

Hola Aeronauta: ¡Tanto tiempo!
Me encantan tus reflexiones sobre el matrimonio. Son imagenes latentes de que el amor para toda la vida existe.

Michos cariños

Cristian dijo...

Wooowww... sin palabras... muy bellas y profundas tus palabras sobre el matrimonio... felicidades a tu hijos tambien... ¿es el que estudia para cura? Bendiciones.

Aeronauta dijo...

No, padre Cristián, ese tiene más de treinta, es el menor que cumplió 17.
Saludos a Ud. y su grey.